Domselaar es una pequeña localidad del partido de San Vicente, en el centro este de la provincia de Buenos Aires, Argentina. Dista 15 km de la ciudad de San Vicente, cabecera de dicho partido. Se accede por la Ruta Provincial 210 km 58.
Previo a la llegada del ferrocarril, la región era atravesada por varios caminos, en su mayoría de dirección norte a sur. Uno de los más importantes para esta zona era el “de Monte Chingolo” que conducía a la Tablada del Sur o Tablada Vieja, donde se concentraban los ganados para su inspección y posterior remisión a los saladeros del Riachuelo. En épocas de lluvias, estos caminos se tornaban intransitables por la naturaleza del suelo.
Las dificultades fueron radicalmente superadas por el tendido del Ferrocarril del Sud, en 1865, que atravesaba todo el cuartel 3ro. El objetivo principal de esta empresa británica era transportar la producción lanera, conectando a Chascomús con el mercado de la Plaza Constitución.
En esta región las estaciones eran San Vicente (hoy A. Korn), Domselaar y Ferrari (hoy San Vicente), inauguradas el 14 de agosto de 1865.
La estación ferroviaria fue el germen de un núcleo de población. Por lo tanto, puede tomarse como fecha de creación de la localidad el 14 de agosto de 1865, cuando se inauguró la línea y, con ella, la estación Domselaar (2).
Domselaar es un pueblo chico, tranquilo, con algunas calles de asfalto y otras tantas de tierra. Hay gran cantidad de construcciones antiguas, con esquinas que reflejan sus casi 100 años. Su cercanía con San Vicente lo mantiene en constante movimiento. Hay colectivos que lo unen con la ciudad y constantemente se ve gente llegar. Lo más vistoso del pueblo es la parroquia Santa Clara de Asís, construida en 1875, con un campanario que sobresale en el caserío bajito.
La Estación Domselaar es una estación intermedia del servicio diesel de larga distancia que presta la empresa Ferrobaires entre la estación Constitución de la ciudad de Buenos Aires con las terminales Mar del Plata-Miramar, Pinamar y Tandil.
El edificio de la estación hoy se encuentra ocupado por una familia que lo mantiene bastante desprolijo. La parte del andén donde se encuentra el cartel nomenclador está bien cuidada y arreglada por otra familia que allí vive.
En Domselaar también se encuentra el Castillo Gerrero, edificado por la familia de Felicitas Guerrero a principios del siglo XX, cuya arquitectura guarda el estilo colonial barroco, ambientes con paredes recubiertas por réplicas auténticas de obras del Museo del Louvre, fino mobiliario del siglo XVIII y una valiosa colección de libros antiguos. La casa tiene cuatro plantas: sótano elevado, planta baja y dos pisos. Las columnas dóricas le dan un porte imponente a la construcción del siglo XIX; las cuatro columnas de la fachada hacen de la vivienda un edificio tetrástilo. Aunque se ubica a la vera de la ruta, es imposible verla desde allí; está rodeada por una frondosa espesura ―cedros, robles, eucaliptus, etc.
Felicia Antonia Guadalupe Guerrero y Cueto, o simplemente Felicitas Guerrero, era una de las damas de alta sociedad más codiciadas de Buenos Aires. A sus 18 años, en 1864, se casó con Martín Gregorio de Álzaga y Pérez Llorente (nieto del último alcalde español de Buenos Aires, Martín de Álzaga). Quedó viuda a los 24 años con una fortuna incalculable. Al año siguiente, cuando había decido casarse nuevamente con un joven estanciero, fue asesinada de dos tiros por la espalda por otro pretendiente despechado que tomó venganza de la peor manera.
Interminables leyendas comenzaron a correr en el pueblo de Barracas, lugar donde murió Felicitas y donde sus padres levantaron una fastuosa iglesia que la recuerda. El escándalo abrumaba a los padres de Felicitas; por eso sus hijos tomaron la decisión de construirles una casa, para que Felicitas Cueto y Carlos Guerrero vivieran alejados del odio y rencor, pero sobre todo para que mitigaran el dolor por la pérdida de su primera y amada hija. La misma fue construida sobre una estancia en Domselaar, propiedad de los padres. Desde aquel entonces, en el pueblo se creo el mito de que el espíritu de felicitas rondaba en pena desde su muerte en 1871.
La sobrina nieta de Felicitas, actual propietaria y residente de la mansión, ofrece visitas guiadas a la mansión. Pronto estaremos conociéndola.
Texto extraído de https://www.conocelaprovincia.com.ar/domselaar/
Muy buenas imágenes! Un lugar muy hermoso y una triste historia! Felicitaciones!
ResponderEliminarMuy lindo recordatorios
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