Noche de Graduación
Un día de Febrero de 1984 ingresaba como estudiante a la Facultad de Ingeniería. Cuando concluía 1991 salía de ella con el titulo bajo el brazo, que me lo entregara mi Padre. Durante ese lapso de tiempo, con mis compañeros deambulamos por diferentes edificios de colegios secundarios, ya que no teníamos sede propia.
Al año siguiente, en nuestro propio edificio, él cual estrenamos, comienzo mi carrera docente, hasta Agosto del 2001. Un 31 de Agosto, se apago la luz en la Facultad.
El día que se Apagó la Luz en la Facultad
A más de un decena de graduados docentes nos invitaron a que nos fuéramos, por obra y gracia de un grupo de autoridades trasnochadas que no compartían nuestra forma de pensar y actuar.
Luego de ello, regresé en un par de oportunidades, la última había sido a mediados del 2004, que un grupo de graduados nos sentamos a tomar un café en el bufet de la Facultad.
Luego, el año pasado, como ustedes saben, volví a la Universidad de Lomas, pero no a la sede de Ingeniería, sino a Ciencias Económicas. Donde sus autoridades, amablemente, me permitieron exponer por el termino de dos meses veinte fotografías en su casa de altos estudios.
Hoy, 2 de septiembre del 2016, regresé. Con un motivo muy especial y lleno de sentimientos, la graduación como Ingeniero de la hija de un gran y eterno amigo.
Él deseaba también que asistiera y que le haga un par de fotos para el recuerdo de tan hermoso momento que le tocaría vivir.
Allí fui, allí estuve. Lleno de emoción por el pasado vivido. Empecé a buscar recuerdos y para ello me sumergí en los pasillos, subí y bajé escaleras varias veces, metí mi nariz en aulas que tenían sus puertas entre abiertas.
Nada de Nada, la sentía como una cascara vacía y fría.
Una vez concluida la ceremonia, abracé a mis amigos que me acompañaron.
Felicité a la joven y bella graduada y salí a tomar un vaso de aire puro y pensar en regresar a mi casa.
Bonitas fotos del evento había realizado, pero necesitaba algo más.
Era de noche, poca luz, como la que había en el interior para mí.
Afuera estaba la vida, la naturaleza, la libertad que siempre busqué cuando era estudiante, que hizo prender mi luz interior y decidí traerme algunos recuerdo más personales.
Me puse a retratar el campus universitario.
Seguramente para los hoy estudiantes, para los que hoy se graduaron, tendrá el mismo sentimiento que tenía para mí cuando luchaba codo a codo con mis amigos por un edificio propio, para hacerla grande. Hoy la Facultad, ya no será lo mismo para mí.
Miles de noches de trabajo y sacrificio se llevaron de mí y se acumularon en esos pasillos, en esas aulas, debajo de ese techo.
Es cierto allí los veo, los veo cada vez cuando me miro al espejo, en mis canas, en mis arrugas, en mi salud.
