“Deungnamu” se refiere a las leyendas que narran el origen de la glicinia.
En una aldea, durante el reino de Silla, vivían las hermanas gemelas, o dos hermanas con un año de diferencia, que ambas amaban a un guerrero que pertenecía al grupo de élites jóvenes llamado Hwarang. Cuando los miembros del grupo Hwarang fueron a participar en la batalla, las hermanas fueron a ver al guerrero a mitad de la noche y lo encontraron, por lo tanto ellas se enteraron de su amor por el mismo hombre.
Con sus corazones atrapados en conflictos, las dos hermanas se arrojaron al pozo, y sus cuerpos muertos se convirtieron en la glicinia, deung en coreano. Al volver de la batalla, el guerrero supo de este hecho y se lanzó al pozo convirtiéndose en la ortiga, paeng en coreano. Desde entonces, las glicinias crecen enredando sus zarcillos y ramas en las ortigas. Esta leyenda se ha transmitido en relación con las glicinias en la aldea Oryu-ri de Hyeongokmyeon, parte de la cuidad de Gyeongju de la provincia Gyeongsangbuk-do, designadas como Monumento Natural Número 89. A diferencia de la leyenda del origen de la glicinia, documentada en la colección de las Leyendas de Joseon 《Densetsu no Chōsen》, editada por Tamaki Miwa durante el período colonial japonés: había una enredadera en el monte de Gaekjusan, que seguía creciendo hasta que una raíz se extendía a Manchuria; otra a Corea. La raíz que había ido hacia Manchuria se convirtió en la glicinia y la otra que se había destinado se transformó en el arrurruz. Estas dos diferentes narrativas acerca de los orígenes de la glicinia se relacionan estrechamente con el verbo coreano -galdeung-, que significa “conflicto”, formado por caracteres chinos, 葛 (gal) para el arrurruz y 䕨 (deung) para la glicinia. Dichos dos caracteres chinos juntos llegaron a referirse a situaciones complicadas donde los intereses y emociones se encontraban enredados en conflicto. En la leyenda de las dos hermanas, las protagonistas experimentan el conflicto consecuente sobre el amor, el elemento más fundamental de la emoción humana. Ellas no pueden resolver este conflicto, por tanto eligen la muerte, pero incluso en la muerte, sus apariencias se convierten en las representaciones visuales del conflicto: el triángulo amoroso.
