
Pasé a buscar a Lanús a Hugo y Laura. Y todos nos juntamos en Cañuelas.
En grupo salimos hacía el sudoeste, a la búsqueda de la preciosa e histórica laguna. Era el único que no la conocía, todos la habían visitado previamente.
Llegamos al medio a Bolívar, donde realizamos una parada intermedia para almorzar. Y como buenos fotógrafos, nos tomamos unos minutos para caminar y hacer unas fotos de su plaza e iglesia.
Luego, todos a sus autos, a la búsqueda del destino tan preciado.
Nos tocó un día maravilloso para viajar. Al inicio, las clásicas nieblas. Que contar, más o menos similares a las de mi último viaje. Los primeros kilómetros muy espesa. Luego se despejó y como siempre, Cañuelas entra en fuego a mi paso y parecía que el sol se hacía un festival con ella.
Luego de esta fiesta, para calentar mi cámara con un par de fotos iniciales, se despejó totalmente. El sol brilló y el cielo se tiñó de un intenso celeste.
Nos alojaríamos en Carhue. Cuando llegamos al Hotel, dejamos nuestros bolsos con ropa en nuestros respectivos cuartos y salimos rápidamente a disfrutar un maravilloso atardecer en el lago.
Para mí, todo diferente, pero como todos éramos fotógrafos, a cada paso, parábamos para hacer algunas fotos. Fue así hasta que se apoderó la noche, iluminada por mi bella compañera, la Luna Llena. Era hora de regresar al hotel y disfrutar una bella noche. Música, mucha charla y una sabrosa cena.
Como introducción, suficiente. Lentamente, como ya los tengo acostumbrados, iré compartiendo mi experiencia vivida en los próximos capítulos.