Luego, en Enero del ’78 con los compañeros de la primaria en nuestro viaje de egresados.
En ambas oportunidades existían las pasarelas de hormigón y barandas de madera.
Luego de aquella visita, hubo un par más al menos, sin recordar con exactitud el año.
Sí recuerdo que regresé en el 2003: la modernidad había llegado y se encontraba como en la actualidad.
Aquella vez fue, posiblemente, las últimas fotos que hice con mi cámara analógica.
Hoy regresé, ya no para conocerlas sino para recrear mi vista y capturar todo el escenario en fotos, con una nueva visión fotográfica.
Hice escenas clásicas como las puede hacer cualquier turista y también algunas especiales.
Muy temprano salí de Montecarlo, antes de las 3AM. En ese viaje tendría una muy grata compañía a la izquierda. La luna y su eclipse de sangre, cada 10 minutos una parada obligada porque mi modelo deseaba ser retratada.
Luego de las 5AM, estaba a las puertas de la Gran Maravilla de la naturaleza. Descansé un rato y a las 8AM hice mi ingreso triunfal para tomar el primer tren a la Garganta del Diablo.
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