Este conjunto de viviendas fue construido sobre los antiguos terrenos de Brittain, bajos y anegadizos, y su nombre recuerda a la “Compañía de las Catalinas” que era la empresa propietaria de estas tierras en 1917.
Este
conjunto, encuadrado dentro del Plan Regulador, formó parte de un plan
municipal para construir 17.500 viviendas y fue el primer concurso de este tipo
que incluyó proyecto y precio. La calidad de la construcción es buena y el
grado de urbanización se ha ido mejorando con el tiempo dada su buena
ubicación, su escala media y su buena accesibilidad, dando como resultado una
adecuada situación urbana. A estos hechos positivos se agrega que el espacio
público, jardines y calles, ha sido pensado y usado con una actitud sensible a
las necesidades de relación, apropiación e identificación caracterizando este
lugar.
La
Escuela Della Penna y la Iglesia de los Emigrantes completan el conjunto
amoldándose a la forma y disposición de la arquitectura que los circunda. Este
conjunto, con una altura mayor que la media del barrio, se constituye en un
enclave autónomo dentro de La Boca.
Los
postulados del Movimiento Moderno generaron esta falta de continuidad de la
trama y del tejido dentro de la ciudad, creando estas islas.
