Pescando en Virasoro
El título de esta publicación es en agradecimiento a Mirian Ortega del Museo Histórico Geográfico y Natural de Virasoro que me regaló el Libro: " Pescando en Corrientes" de José Eduardo Wentel, que he leído con mucho gusto y disfruté mucho.
No soy pescador de peces, verdaderamente pocas veces fui a pescar,
pero así como en el libro cuentan hermosas historias, yo voy a contar una mía y creo que la única que vale recordar.
Yo habré tenido unos 10 añitos y fue con mi Padre y mi Tío Pablo en el Río Guayquiraró. Nosotros vivimos en Buenos Aires, mi padre Misionero de Montecarlo, mi madre Entrerriana de La Paz.
Cada vacaciones de Verano nos ibamos a visitar a mis abuelos, tanto de Misiones como de Entre Ríos, con una Furgoneta Citröen 3CV.
Como pueden imaginar, toda una aventura.
En uno de esos viajes, mi padre decide ir a pescar, mis abuelitos vivían a unas 5 leguas de Paso Yunque, sobre el Guayquiraró.
y como dice el libro, a mi tío le dijeron "¡Ahí está el tiro!".
Fuimos luego de almorzar, más que para pescar, para investigar, para conocer algo nuevo. No olvido que el puente era de Madera y temblaba todo, aun con el paso de la liviana furgoneta.
Mi Padre y tío con unas lineas del abuelito y yo no tenía nada.
y como todo niño, en algo quería participar y me armé una caña de pescar, con una bara de "Chilca" y con un hilo de coser las bolsas de arpilleras de papas, o sea totalmente artesanal y lo más cómico, el anzuelo era un clavo doblado.
Como pueden imaginar, pescar con eso era imposible.
Llegamos y mi Padre pescó un dientudo ( así lo llamaban, pido disculpa a los pescadores si ese no es el nombre correcto ) .
Luego mi tío, pesca dos, un poco más chicos que el de mi padre ... y yo hasta ese momento nada. Pueden imaginarse ustedes que un poco inquieto me sentía.
Al rato, "engancho", literalmente esa es la palabra, uno más chico que los que ellos habían pescado. Y digo engancho, porque el clavo doblado quedó atrapado del labio del Pez cuando estaba en el agua parece, cuando levanto la caña, vuela en el aire el pez y cae en la arena.
Mi palabras fueron: "Al fin, era Hora"...
Mi padre, falleció cuando yo tenía 41 años o sea por aproximadamente 30 años, en toda reunión, que se tocaba el tema pesca, la anecdota era esa .. y repetía mis palabras
"Al fin, era Hora" ...
y como mi padre hablaba con el mismo tono que yo, caminaba igual que yo, los gestos de su caras los mismos a los míos... cuando los escuchaba decir esas palabras, me parecía verme en el espejo que no tuve en ese momento para verme o la cámara fotográfica para retratar el momento.
Bueno, pero desde ya mi vida nunca más transcurrió cerca de la pesca de peces...
Más bien mi vida se dedicó a la PESCA FOTOGRÁFICA, o cuando le dije a mi sobrinito, me voy a cazar aves y el agarró su gomera y yo le dije: "NO NO ... yo cazó las aves con mi cámara, también podría haber dicho, si hubiera tenido este libro hace 10 años .. me voy a PESCAR Aves con mi cámara.
A los Amigos ferroviarios, le pido disculpas por mezclar el tema estaciones de ferrocarril con la pesca. Pero el regalo de dicho libro lo motivó