miércoles, 22 de abril de 2020

Heavy


Heavy , Provincia de Buenas Aires , Ruta 7
Continuación del capítulo anterior  
https://rickyglew.blogspot.com/2020/02/heavy-horses.html

Pienso, como creen muchos vecinos de Heavy, que es una broma. Leandro Heavy invita a pasar a su estación (reconvertida en casa), y cuando se da vuelta se observa el mango de un facón que sale de su gran cinturón campestre. Leandro Heavy cuenta, en breves instantes, su vida: la estación lleva el nombre de su tatarabuelo Patrick Heavy. Vivía en Pilar (un lugar pop, como a 100 kilómetros de Heavy), estudiaba Comercio exterior (todavía más pop) en Luján, pero hace poco su familia recuperó los terrenos fiscales que colindaban con la estación de Heavy, donde paraba el tren. Así que Leandro Heavy vive en el pueblo desde hace seis meses. Dejó de estudiar, se dedica a plantar melones, se convirtió en ermitaño.


Eso les pasa un poco a todos los Heavy’s que llegan a vivir a Heavy. Le pasó al tío de Leandro Heavy, que se había instalado en la estación tiempo atrás. De hecho, su tío se separó de la mujer, se vino al pueblo, se convirtió en huraño y se hizo motoquero. Hace poco estuvo en el octavo encuentro de motos de Mercedes. Nada más parecido a un Heavy.


Leandro cuenta su historia como la sabe. O como se la acuerda. Dice que Patrick Heavy fue un irlandés que llegó a principios de siglo, a quien el Estado nacional le dio 2 mil hectáreas en la zona de Heavy (obvio, no se llamaba así antes de que Patrick Heavy llegara) y otras mil hectáreas para explotar la zona de Junín. La descendencia se encargó de hacer desaparecerlas posesiones. Leandro Heavy muestra unos libros de Cultura y tradición irlandesa y señala el apellido Heavy mencionado entre los primeros “colonos”, como tratando de certificar que todo lo dicho es cierto. Los vecinos de Heavy no le creen, algunos de los que se esconden cuando ven llegar autos forajidos.


Que los Heavy hayan recuperado el único trozo de tierra que les quedaba en la zona –hay diversos indicios sobre la pérdida, pero ninguna información verdaderamente pesada– tiene que ver, curiosamente, con la donación que Patrick Heavy hizo hace un siglo. Eran apenas diez hectáreas para instalar la estación. Clausurado el ferrocarril hace ya como veinte años, los Heavy’s recuperaron la tierra. Muchos de los que habitan la zona trabajan en las plantaciones de soja. Otros son tamberos. El asunto es que con los caminos de tierra, si llueve, hay días en que no pueden llegar hasta la ruta. Cuatro kilómetros separan a Heavy de la moderna ruta.



A cincuenta metros de la estación se encuentra el Club de Defensores de Heavy, y no se trata exactamente de una agrupación pro-Judas Priest, encargada de llamar a las radios para que pasen Metallica o Megadeth. El Club de Defensores de Heavy es un club de barrio (sin barrio), que todavía tiene pintadas las ventanillas de “Entradas”, a donde se juntaban a jugar o a bailar los pibes de los alrededores de Heavy hasta que el lugar quedó en manos del verdadero “Heavy” del pueblo. Leandro Heavy cuenta que hay un vecino que le hace la guerra (escucha cumbia): es uno de los más viejos del lugar, capaz de deslizar todo tipo de comentarios capciosos sobre estos Heavy’s recién llegados. Es un enemigo pesado.


Por eso, Leandro todavía no conoce el interior del club donde jamás imaginó un show de V8. Apenas se acerca a la escuela de Heavy (las cinco maestras y sus cuatro escolares se ponen contentas cuando nace un nuevo niño, porque en unos años van a tener un alumnito). Allí no se enseñan acordes de quinta de corte trashero, ni a encender los amplificadores, ni a probar con los distorsionadores, ni a mover la cabeza (preferentemente de pelos largos); nada de eso.
La escuela de Heavy está que se derrumba. En cambio, la casa de Leandro está comenzando a resplandecer. Su esperanza es hacer de su estación un paraje para turistas, un lugar donde comerse un buen asado, un espacio para descansar de tantos densos trajines cotidianos. Leandro Heavy está pensando en hacer un festival de música homónima, piensa poner todos los parlantes en volumen once (como en Spinal Tap) y hacer que exploten por el aire las plantas de soja que merodean el lugar. Habrá que ver, como sucede en estos casos, si los vecinos se la bancan.



domingo, 19 de abril de 2020

Guaranies ( 19 de abril , Día de los Pueblos Originarios )



LA AVAIDAD, EL SER GUARANÍ
Dos grandes ríos bajan entre saltos y cascadas por lomadas rojas cubiertas de espeso follaje. Enmarcan los espejos de agua del Iberá, las pampas correntinas, los palmares y cuchillas de Entre Ríos. El Paraná y el Uruguay, confluyen finalmente en el delta arenoso y engendran el Río de La Plata.
En ese escenario de apabullante belleza, la conservación de los rastros humanos es particularmente difícil dada la humedad que conservan los suelos y el clima abundante en lluvias. A pesar de ello, podemos saber que hace entre 8 y 10.000 años, nuestros más antiguos antepasados trabajaron la piedra basalto en la denominada Cultura Altoparanaense.

Un tiempo después, dieron forma a puntas de flecha, raspadores y raederas aprovechando la variedad de piedras duras que ofrece la  región. Cerca de El Dorado (Misiones) se hallaron cerámicas y hachas pulidas de unos 2.000 años de antigüedad.

El curso medio del Paraná fue remontado por ágiles canoas cavadas en un solo tronco y los pescadores ribereños modelaron ollas con tapas que remataban en cabezas de loros o de jaguar. Esto ocurría hace unos 1.000 años cuando además de la técnica, nació la expresión artística.






                                Desde entonces, nuestros “Avá” (hombres) fueron descendiendo hacia el sur y mezclándose con algunos grupos de economía cazadora y otros cultivadores. Unos masticaban el corazón del palmito, otros plantaban ombúes sobre los cuerpos de sus muertos, casi todos jugaban con pelotas hechas de la gomorresina del mangay.
Podemos mencionar a los Kaingang, Charrúas, Mocoretá, Coronda, Timbú, Mbeguá. Todos ellos se extinguieron rápidamente en los primeros 100 años de la invasión europea.

El “ser guaraní” o avaidad se fue configurando hace unos 1500 años en la porción este de Paraguay y el Estado de Paraná, Brasil. Desde allí se dispersaron hacia el Atlántico, hacia el Amazonas, el Orinoco y el Caribe. También hacia el oeste hasta llegar a Los Andes.

El fundamento de su cultura es el respeto por la Naturaleza. El hombre le pertenece, de ella está hecho, de ella se alimenta, de sí mismo.
Toda vida vive de la muerte de otra vida y es en consecuencia que no se puede tomar una vida en vano.
Cuando se caza, se pesca, recolecta, se pide permiso a la esencia o “dueño” de aquello que se tomará. Igual se invoca a la fertilidad de la tierra para pedir permiso antes de sembrarla.
Hay tres principios que rigen la vida de los avá:
*La gente no se mide (ni en altura, ni en peso, ni en destreza ni en belleza)
*La gente no se cuenta (tampoco se la numera con documentos)

*La gente no se compra ni se vende (ni por un salario, ni por explotación)





    En la lengua guaraní no existía la palabra “trabajo” porque lo que se hace en comunidad (construir una casa, pescar, nadar, cosechar) es algo natural y placentero. Ahora, ellos dicen que “padecen trabajo”.
El carácter seminómade de este pueblo tiene motivaciones tanto míticas como económicas.
Las  grandes migraciones son acompañadas por un Karaí (profeta) quien recibe en sueños el camino a seguir. Allí van los de Pyá-Guazú (corazón grande y valeroso), los Jeguakáva (que llevan el tembeté o emblema de la masculinidad) y los Jachukáva (los que portan el emblema de la femineidad: el cesto). Parten en busca del Iwi Mará’ey , un lugar libre de males y enfermedades donde la libertad es posible y se alcanza la felicidad. La “Tierra sin Mal” existe en este mundo. No es necesario atravesar la muerte para encontrarla. Está aquí y sólo  hay que animarse a encontrarla.

Este particular modo de pensar el mundo fue lo que hizo posible la alianza cultural entre los guaraníes y los Jesuitas, dando lugar a una experiencia socio-política-económica-artística que alcanzó un altísimo grado de eficiencia y despertó el temor de los grandes poderes del siglo XVII que se apresuraron a destruirla antes de que su autonomía los hiciera tambalear.


El principio es la igualdad. La forma, la solidaridad. Las grandes casas comunales o “malokas” albergaban hasta 300 personas. Una comunidad puede componerse de casi 2.000.
En el asiento de fogones, somos todos iguales. Todos tenemos derecho a la palabra que es lo más valioso que tiene el hombre, la primera creación de Ñanderú Nuestro Padre: el fundamento del lenguaje humano. La palabra “alma” es la misma que para “palabra”. Cada hombre que va a ser padre, esculpe en madera noble un banquito con forma de animal en el que su hijo se sentará cuando tenga edad para ser parte del fogón.

La similitud de la condición humana con el resto de la Naturaleza de la que se alimenta su respeto y es fuente del respeto entre los hombres,  tiene su expresión más ética en el “Avaporú” (antropofagia ritual). Es la reincorporación de la vida, el homenaje a mi ocasional vencido a quien doy por sepultura mi propio cuerpo. A partir de ese acto se transforma en “Retará” (compatriota del alma).


Los cantos y danzas rituales se acompañan de instrumentos sencillos como las flautas de dos cañas (femeninas) o de una (masculina). El takuapú es un bastón de ritmo y el chamán suele utilizar maracas y sonajas. La danza grupal y el ayuno llevan a un “estado de perfección”.
En el siglo XVI, eran 1.500.000 en el Gran Chaco Paraguayo-Brasilero-Argentino. Hoy casi no quedan guaraníes en estado puro. En nuestro territorio, apenas unas 300 familias en el este de Misiones. El mestizaje fue inmediato a la llegada de los españoles y la fundación de Asunción. Cada europeo se hacía de un “harem” de jóvenes muchachas y en los primeros 10 años se produjeron unos 15.000 nacimientos. Otros episodios como la Guerra de la Triple Alianza y la apropiación de territorios por parte del Gobierno del Gral Stroessner fueron diezmando a la población masculina y acelerando la disolución genómica de los guaraníes.
Sin embargo, y tal vez por obra de Ñanderú, su hermosa lengua es la que más se ha sostenido en el tiempo y podemos estimar en 5.000.000 los mestizos hablantes del yoporá-guaraní entre los tres países. Casi 2.000.000 en nuestro suelo.
Su hermoso universo fue atravesado por las fronteras políticas. La riqueza de la selva ya no está a su alcance. Los que sobreviven, lo hacen con una agricultura mínima y la venta de cestería y tallas en madera que reproducen los animalitos que antes abundaban y hoy, también se extinguen.
Todavía cantan, todavía danzan, todavía se sientan alrededor del fuego para no perder la memoria y el respeto, el espíritu de los avá que quedan en la “morada terrenal imperfecta”.


LA AGRICULTURA EN LA SELVA
La agricultura de selva requiere que sea itinerante para no destruirla, y por vigilante técnica de “roza” o “chamicera”. Se elige un área de bosque, se desmonta un espacio pequeño, se prende fuego a los troncos para que la ceniza nutra y el calor haga que los “bichos” aireen en mayor profundidad la tierra. Se evita que el fuego se extienda. A la segunda lluvia, se siembra.
Se reproduce el ecosistema generalizado del monte. Las plantas más altas como el avatí (maíz) protegen del exceso solar, las trepadoras como el poroto y el maní aprovechan de aquellas a la vez que proporcionan distintos nutrientes a la tierra y al hombre; camotes y batatas, mandiocas y zapallos, rastreras, mantienen la humedad y previenen la erosión.
A los 3, 5 ó 7 años a lo sumo, las tierras agotadas se dejan en barbecho hasta que la selva se reconstruya. Se necesita disponer de grandes extensiones. Por eso, la selva es el país de los Avá.
La yerba mate (caá) es una de las plantas sagradas que los originarios consumieron  como infusión o cocimiento para recuperar energías, mejorar la digestión y celebraciones rituales. No la cultivaban, era un arbusto de alto porte que crecía silvestre y salían a buscarlo.
La costumbre de beber a través de una pajilla hueca el contenido de una calabaza ahuecada y curada con brasas, fue adoptada rápidamente por los españoles que la incorporaron a su vida cotidiana y la extendieron por todo el territorio del virreinato del Río de La Plata.


SALUD Y MEDICINA GUARANÍ
La forma que tenían de curar era muy distinta a la europea. Eso se debe a una distinta concepción de los conceptos de salud y enfermedad. Para los guaraníes, la enfermedad es un producto de la sociedad o un daño intencional. Distinguen muy bien de lo que es catástrofe o casualidad. Si uno va a cazar un yacaré y el animal se lo come, eso es justicia, la ley de la vida.

Ellos no tenían enfermedades como tuberculosis, tifus, cólera, gripe, sarampión. Se introdujeron con los europeos.
Sífilis, sí había. Pero en una forma benigna no mortal.
Las otras enfermedades que conocían se atribuían a un problema social, como la mala alimentación o a alguna intervención de otra persona (envenenamiento?). Por eso las curas se basaban en un gran conocimiento de los recursos naturales: medicina verde o medicina animal. De eso no se ocupa el médico, la comunidad sabe bien cómo hacerlo. El shamán cura con la palabra, con el salmo, canto, danza y con la succión del mal. Va empujando el mal hasta arrinconarlo y ahí lo “chupa”.
La picadura de víbora se considera natural. No hay antídotos, se aplican emplastos para que absorban el veneno y se extrae.
Ejercían la poligamia. Cada hombre tenía 2 ó 3 mujeres, generalmente hermanas.
El control de la natalidad se realizaba simplemente no deseando tener hijos. Para que un niño nazca se necesita que sus padres lo sueñen. Los niños son hijos de un sueño compartido. Si no, no nacen.
Como son agricultores, los amamantan mucho tiempo. Cuanto más se amamante, más pacífico y noble será ese niño. Mientras lo haga, la mamá no se embarazará de nuevo.
Los guaraníes también practicaban la homosexualidad. Si están en la aldea con las mujeres no se les ocurre, pero si salen en largas excursiones de caza o las chicas se van a recolectar por varios días, cada uno hace lo que le venga en ganas.  


miércoles, 15 de abril de 2020

Gruta India ( 3 )

Continuación 
El Primer Capítulo es 
El Segundo Capítulo es 

Es interesante destacar el procedimiento utilizado en este trabajo “Aparecieron fogones, aparecieron los talleres líticos donde tallaban la piedra, restos humanos, instrumentos de hueso, cosa que es muy difícil de conservar, tuvimos la suerte de encontrarlos, pero quiero aclarar que eso se debe a las técnicas metodológicas: nosotros no cavamos con pala, cavamos con cucharín, con pincel y escobita. Además vamos zarandeando, anotando todo lo que aparece.


Es decir que si ustedes en este momento tuvieran todo el material de 3 de Mayo y quisieran reconstruir virtualmente la gruta, nosotros les ponemos en cada cuadrícula lo que apareció. Las cuadrículas tenían 2x 2mts de perímetro. Entonces cavamos en unos lugares 2,80 m, en otros lugares 1,80 m. de acuerdo a la profundidad del piso en cada parte” Recién en el año 2004 se procede al fechado del material hallado, en el Laboratorio de Tritio y Radiocarbono de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata, por el método de Carbono 14, cuyos resultados estiman una antigüedad de 3646- 3982 años AP (antes del presente).


Cabe destacar que el proceso de datación establece un Rango de Edad calibrada con una probabilidad del 95%. certificado por el profesor licenciado Aníbal Juan Fingi, director de LATYR, (Laboratorio de Tritio y Radiocarbono), y coordinado por la Universidad de Glasgow.
Es decir, las personas que habitaban la Gruta India, fueron contemporáneas del faraón egipcio Tutankamón y de hecho, son las evidencias más antiguas halladas hasta ahora en suelo misionero.


Una vez conocida la tarea realizada por el equipo de la Dra. Rizzo, la “Cueva 3 de Mayo” se convirtió en “Gruta India” para los habitantes en general, aunque para los científicos, siempre conservará el nombre toponímico original.
Creemos que merece mayor difusión este notable hallazgo arqueológico de nuestra región. Vale la pena entonces, remarcar las principales conclusiones a las que arribó el equipo de especialistas, luego del largo trámite de laboratorio al que fueron sometidos los materiales:


El sitio de Tres de Mayo muestra haber sido un lugar de ocupación humana desde tiempos milenarios. Por lo tanto se puede inferir que la cueva:


§  Estuvo habitada por un grupo humano con una economía basada en la caza, pesca y la recolección.
§  La fauna de mamíferos del sitio es similar a la que debe haber habitado en el área bajo las mismas condiciones climáticas.
§  Los elementos culturales, humanos y faunísticos están en asociación en una misma matriz.
§  El material lítico se caracteriza por una industria de lascas generadora de instrumentos bien definidos.
§  Aparecen los primeros instrumentos de hueso y concha para la región.
§  Inmediatamente por debajo del nivel superficial, presencia de cerámica lisa, dispuesta sin solución de discontinuidad con los otros restos culturales y humanos.
§  Teniendo en cuenta los caracteres composicionales y morfológicos de la cerámica se infiere cierta afinidad con la entidad agroalfarera Eldoradense.
Su fechado radiocarbónico del 3646- 3982 años cal AP es el registro más temprano para la provincia de Misiones (y probablemente para la Mesopotamia).
Fuente: Leonor Kuhn Revista Somos Puerto Rico.
https://misionesonline.net/2019/05/05/encontraron-54-anos-los-arqueologos-excavaron-la-gruta-india/

sábado, 11 de abril de 2020

La Ciega Pasión por el Fuego


Muy Feliz Cumpleaños 
Flaco Marcelo


Ustedes que vienen siguiendo desde hace mucho mis publicaciones ya conocen la historia de este vecino y su trabajo por los niños del barrio, para que disfruten un hermoso Día en su Día.


El año pasado, se tiró al piso y desde allí lanzo fuego al cielo.


Este año, se renovó. Se puso una remera a modo de venda en sus ojos, para así realizar la prueba.


Fue una única vez, las demás de la forma que siempre nos tiene acostumbrado. En fotos mostré la secuencia de su acto.


En esta última imagen. el que se tiró al piso fui yo, panza arriba, a un par de metros de él, por delante, hice mi captura fotográfica. 

jueves, 9 de abril de 2020

Felices Pascuas : San Isidro Labrador de Yeruá


San Isidro Labrador, Puerto Yeruá, Entre Ríos
Fue construida en la manzana 22 que en 1897 fue reservada para tal fin, con aportes del Estado Nacional y de colonos de la zona. La piedra fundamental se colocó en 1901 y la obra se terminó en 1906, siendo inaugurada el 16 de septiembre de ese año. Siendo su primer párroco Jorge Metz.
En el interior de la Iglesia se encuentra la imagen de San Isidro Labrador, Santo Patrono de esta localidad, favorecedor y bienhechor de los trabajadores de la tierra. Conmemorándose los 15 de mayo, fiesta patronal.

Soy una gota cristalina de rocío, que hoy cuando venía amaneciendo me descolgué cálidamente de la madre-nube que, desde hace unos días venía surcando el cielo.El sol con su mágico destello iridiscente de luces se refleja en mi traje transparente. Cuando venía descendiendo, desde el aire pude ver este pujante y pintoresco pueblo:Puerto Yeruá que, crece y se multiplica en las cuchillas que ondulan a orillas del majestuoso y cantarino río Uruguay, El Río de los Pájaros.


 Este pueblo parece salido de un libro de cuentos porque todo está planificado y enlazado con la historia del lugar, aquí podemos apreciar lo nuevo y lo antiguo. La escuela primaria que funciona desde hace mucho tiempo. La Municipalidad, la cabina telefónica, la Oficina de Correos y la Sala de Primeros Auxilios, todos ellos se encuentran frente a la plaza. Lugar de encuentros de nuestra gente, en las tardecitas calurosas del verano para compartir un mate, escuchar música o tan sólo charlar con amigos. Pasando la calle está la iglesia San Isidro Labrador donde Dios ha sembrado en el corazón de cada uno de nosotros esta necesidad de creer, de esperar y de amar. Al costado está el destacamento policial. 


El Club Social, salón que en muchos años reunió a la comunidad en las fiestas. También tenemos una radio FM y una Cantera. Puerto Yeruá, aquí es donde se deja oir el río con su eterno canto de agua que se deshace en espumas y que lame a los caracoles y piedritas en las playas. aquí también pareciera que un duende travieso mezcló en su paleta todos los verdes y la policromía de los colores en el paisaje. Esto es como Un Paraíso Perdido, porque se puede vivir la naturaleza en todo su esplendor. Frente a la Rambla está un caserón en ruinas que, antiguamente era una casa de ramos generales y que allí funcionaba también la Aduana. La Prefectura se encuentra ubicada en un lugar estratégico al lado del río. Hay una fábrica de agua mineral , que ya no funciona.


También están las ruinas de la antigua fábrica de cerámicas La Mayólica, la aceitera y la bodega de vinos que ya no funcionan pero forman parte de nuestra pequeña historia. Yendo hacia la playa tenemos una imagen de Cristo en la cruz, tallado en madera, protegiendo con su presencia el Camping que se encuentra recostado a la vera del río Uuruguay. La playa es para pasar un día hermoso, tiene un paisaje encantador cielo, arena, todos los verdes y agua. En los atardeceres la ribera revive con el canto de los pájaros y el permanente cri cri de los grillos. O el sonio apagado de los remos en los botes de los pescadores que aprovechan la calma del río para pescar. El 20 de noviembre de 2008 , esta gota de rocío, recordó que allá lejos y hace tiempo en el año 1888 nacía Puerto Yeruá, aquí en la provincia de Entre Ríos, y ahora en la actualidad es una fuente inagotable de progreso para sus pobladores. Este es mi sentido homenaje al pueblo y a su gente por haberme hecho sentir como en mi casa.


Escrito por:

Pedro Valois Villalba

Capítulo anterior 

lunes, 6 de abril de 2020

Tu Agradecimiento y mi agradecimiento

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Desde ya Millones de gracias ... 

Muchas Gracias a SAG AB por esta bella Mención

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Mi Foto en la Noche de los Museos

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