San Ignacio von Ricky
La primera entrega,como les comenté fueron las imágenes que comúnmente vemos en libros de texto o internet, pero yo no me quería conformar con ellas, que motivación artística tendría yo, que motivación generaría en ustedes, sería lo mismo ver las de los demás.
Les comenté los pormenores vividos en el capitulo anterior, ya en la nave central miraba, observaba, encuadraba con mi cámara, sentía mi entorno, lo vivía, por más que no realizaba ninguna toma definitiva, pero aparecían esas sensaciones momentáneas que generaron en mí esa captura para la eternidad.
El Sol, rey si los hay, estaba presente y siempre quiere salir en mis imágenes, él merece su cuidado, su atención, porque puede salir cualquier desastre si no se opera como corresponde, así y todo en algunas él pudo más que yo y ganó la batalla e hizo lo que quiso y me quemó la foto. En algunas, desparramó manchas, interesantes por cierto, pero no era lo que yo buscaba, buscaba cierta perfección, que agrade a la vista de mis seguidores.
La ventanas, no solo para el ingreso de su majestad, también deberían ser el marco para observar el paisaje que rodeaba sus construcciones y deleitarse con ellos, ellas se deberían convertir en los Cuadros de una Exposición, según el maestro de la Música Ruso.
13 imágenes para este segundo capítulo, casi en su totalidad, podría animarme a decirles de una forma diferente, todos en estos casos buscamos cierta originalidad, espero que sean de su agrado y no salgan espantados.
Ese Sol, es el Sol del Amanecer de aquellos Jesuitas, vuela mi imaginación a aquellos días, siglos atrás, que paraíso vivir allí, moverse entre dichas construcciones. Eso quería recrear y transportarlos a estos días, que todos vivamos esos momentos de la historia, es difícil, pero debemos llevar nuestra imaginación allí.
Imagina, diría John, no cuesta nada, solo tomarnos esos minutos, quizás cerrar los ojos unos instantes y abrirlos de golpe para ver esos rayos de luz enceguecedores a la vista pero sembradores y alimento para nuestra derrame cerebral de miles de imágenes más. Quizá los Jesuitas, quizá los indios, o su indumentaria o el cultivar las tierras y seguramente ese trabajo denodado moviendo piedra a piedra para genera la construcción que hoy vemos en parte.
Ya veo sus herramientas tallando piedras, el sudor elemento lubricante entre ellas y generando imágenes de con suaves y delicadas texturas. En ellas se ven reflejados textos y símbolos, mezclados con abstractas y delirantes imágenes de plantas y animales.
Veo columnas con extrañas formas que arquitectos critican por no ser copias fieles a los capiteles medievales, pero me digo, el arte no es flexible y a la libre imaginación de cada constructor.
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