Temprano me levanté, me asomé por la ventana del baño y observé una densa niebla.
Me apuré a desayunar y salí a capturar imágenes.
Sabía mi corazón que alguna maravilla me traería.
No había caminado 100 metros y me enfrentaba con este escenario.
Un paisaje de otro mundo, para que ingrese en mi retina de por vida.
Cientos de imágenes diferentes enfrente a mí. Todas listas para ser capturadas, todas maravillosas.
Muchas hice, hoy algunas comparto con el mundo.
Estos caminos los he recorrido desde chico, de día o de noche.
Nublados o con sol.
Con lluvia, que hacía que formara una doble zuela en mis zapatos que obligaba muchas veces a mitad de camino a quitarme el barro colorado.
Pero, les soy sincero, bajo una niebla tan espesa nunca.
No hay dudas, debo agradecer siempre a la Madre Naturaleza, que me regala escenarios maravillosos.
Pareciera que ella me hace despertar y darme energías extras para salir a caminar con mi cámara al cuello.
Ella es la que colabora con mi pasión de retratarla y que se renuevan día a día.
Hoy, me despido con este Sol, que luego brilló todo el día, y que cualquier dormilón, no se hubiera imaginado lo que se vivió durante las primeras horas de la mañana.
Como dice el dicho: "Al que madruga, Dios lo Ayuda"
Muy bien aprovechada esa bendita niebla, unida al paisaje, felicitaciones amigo, al que madruga, saca las mejores fotos
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