Porque tenerlas enjauladas, porque encerrarlas, si tenemos la posibilidad de hacer unos pasos a arroyos o lagunas cercanas y verlas en todo su esplendor.
Es cierto, que no nos resultará fácil verlas, siempre ellas encontrarán un motivo para alejarse volando, pero esta acción es lo natural de ellas y no dejarán ver su majestuosidad en el aire.
Seguramente me resultará más fácil fotografiarlas en cautiverio con una máxima definición y acercamiento, pero el placer de encontrarlas, de lograr la mejor ubicación para retratarlas, un paisaje natural de su habitad de fondo no tiene precio.
Cuando lograste llegar, siempre un factor externo interviene, como en estos casos un par de perros que salieron de paseo, como yo, por la laguna, para refrescarse ante tan caluro día de verano, te espanta la presa, “la presa fotográfica”, y debemos volver a empezar unos 100 metros más adelante.
Rezongamos, refunfuñamos un rato y hacemos una nueva caminata que nos distrae y nos permite relajarnos y seguir un rato más en contacto con la naturaleza.
Lástima que en una foto no podemos plasmar sus sonidos, aún, solo por ahora para aquellos que las filman, muchas veces sus “gritos” de alerta o señal de partida hacen que uno apresure la captura de la imagen, en eso casi soy ya un experto, salgo al patio y mis sentidos se despiertan ante cualquier sonido, los colibríes ya generan que gire mi cabeza instantáneamente al lugar en que se encuentran.
Yo, un poco ignorante en el conocimiento de ellas, de las cuales muchas veces no conozco sus nombres y me obligan llevarme trabajo para el hogar para buscarle su nombre y apellido. Lo que hace que investiguemos preguntándole a algún amigo especialista o buscar al tanteo, a prueba y verdad en Internet, corroborar si la información es cierta.
mi buen amigo,todo parecido con la realidad... es simple coincidencia. Tu relato por cierto simple y minucioso me parecio ser muyyyyy parecido a como se atrapa a una dama !!!! jajaja. gladis
ResponderEliminarMucho más que fotos, besoos
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