El Tesoro al Final del Arco Iris
Dicen, los que saben, que si uno camina y camina hasta el final del arco iris, encuentra allí un tesoro.
Ayer, el arco iris ancló sus raíces en el cartel del establecimiento del Don Mario César Ramos, que anuncia buenas brisas de prosperidad para el pueblo.
Don Mario César no combate contra molinos de viento, sino que con alma y mente de visionario los sueña, los construye y los hace luz.
Hombre de profundo quehacer comunitario, su corazón a veces desgastado, siempre joven y fresco se cansa de ser inventor, mecánico, empresario y cadete a la vez. Es que Don Ramos, sin casi darse cuenta, construye presente y diseña futuro.
“Este lugar es de ustedes”, me dijo con humildad ayer cuando le pregunte si nos concedía un poco de tiempo en su taller-oficina.
Sus molinos eólicos, dignos, humildes y futuristas como él son visto desde lejos por hombres de otros pueblos, que valoran lo sencillo y eficiente del gran invento.
El potencial ambiental, energético, económico y social de sus creaciones es seguido con amor y atención por muchos de sus copoblanos, que además vemos en él la figura venerable de los nuevos hombres.
Los humildes se reconocen en él, en su dignidad de hombre de bien, en su mirada amorosa y sensible posada sobre los que sienten el dolor de la indiferencia ajena.
Porque el tesoro, la verdadera, la real e infinita riqueza del final del arco iris, es el corazón de oro de Don Mario César, el hombre ingenioso de La Paz.
Texto: Emma Violeta Chauvy
LA ENERGIA NO SE CREA,
SIEMPRE EXISTE Y NO SE
DESTRUYE, SOLO SE
TRANSFORMA POR MEDIO DEL
PENSAMIENTO
O LA VOLUNTAD DE
QUIEN LA MANEJA…
A LOS EMPRENDIMIENTOS IMPORTANTES:
LOS SUEÑAN LOS SANTOS LOCOS…
LOS EJECUTAN LOS LUCHADORES NATOS…
LOS DISFRUTAN LOS FELICES CUERDOS…
Y LO CRITICAN LOS INÚTILES CRÓNICOS…