Media Luna al Atardecer
El Aromo, la Luna
Ayer detuve mis pasos
muy cerca de la barranca,
busqué a la luna costera,
una lunita muy blanca.
Desde muy niño, te juro,
a esa lunita la quiero,
yo le contaba secretos
en largas noches de enero.
Y ella estaba en los relatos
de aquel abuelo querido,
la luna era compañera
de duendes y aparecidos.
Alguna vez, siendo joven,
la nombré en algún poema,
que hablaba de alguna ausencia,
de algún olvido y de penas.
Bella lunita andariega,
lunita de arena y río,
aunque sé que estás distante
te entrego este canto mío.
La luna se anda muriendo
sin corazones que amen,
sin poetas que la nombren,
sin cantores que le canten.
Ayer me acerqué en silencio
al borde de la barranca,
y me encontré con la luna,
dulce y blanca de mi infancia.
Después desandé el camino
camino de arena y río,
con la mitad de la luna
guardadita en mi bolsillo.
Horacio Martinez
Amiga con la Luna
Tengo una gran amistad con la Luna.
Descubrí que manejaba mi vida con un potente hilo de plata que salía de su cuerno más bajo.
Me llevaba , me traía, me zarandeaba , me acunaba, me llevaba por delicados pastos, me unía a las mejores personas, me mostraba lo malo y me decía: “Ahí no”. A veces, me pedía demasiado...
La Luna rige mi misericordia y mi benevolencia , me contó un amigo.
Con su fuerza, movía mis líquidos, mis humores, mi agua esencial: la de los pies, de la cabeza, del corazón.
Tiene en mi cuerpo un lugar especial donde se aloja: si pongo mi mano abierta debajo de mi ombligo, allí toco la Luna en mi vientre. Allí, me habita.
Me dicen lunática, me llamo lunera.
Te cuento, por último, dos detalles no menores?. El cuerno más alto de la Luna, pende del centro del Sol, que es nuestro Capitán.
Y mi Luna interna se une a la Pacha Mama en su núcleo de fuego, con un rayo morado intenso.
Y te cuento algo mas: el Sol....el Sol cuelga de todas las estrellas...
Así viajo por los tiempos.
Ahorita mismo, con mi tijerita chamánica y un fuego mágico cortaré de todos esos hilos, y me iré de paseo por ahí. Enhebrada solamente con la Vida y con vos.
Por acá, queda un rastro de olor a azufre, y viene llegando intenso el aroma a sándalo y miel.
Emma Violeta Chauvy