GLEW
I HISTORIA En 1825 la Familia de Santiago Rodger, oriunda de Escocia, desembarca en Buenos Aires junto a 200 colonos del mismo origen y compra a doña María Martínez un predio de campo. Inician las actividades agrícola ganaderas en el establecimiento que llaman New Caledonian. Al morir Santiago Rodger el 1 de Abril de 1849 y años más tarde su esposa, Manuela Reyes, los herederos no llegan a un acuerdo y deciden vender la estancia. Después de un remate fallido en 1857; anulado por el juez a cargo del testamento, finalmente se subasta el 11 de mayo de 1858. Y, tras la puja entre Martin Nazar y Juan Glew, este último se hace acreedor de la propiedad por el valor de 261.000 pesos de moneda corriente. Juan Glew nace en 1820, emigra desde Inglaterra a Buenos Aires alrededor de 1825, junto a sus padres y su hermano mayor Williams.
Era Hijo de Willims Glew y Fanny Earl, y de religión protestante. “New Caledonian” con el paso del ferrocarril y la estación en los terrenos de Juan Glew pasó a llamarse Glew y es una de las cuatro ciudades del Distrito con más de 140 años de historia. Allí se establecieron importantes plantaciones de frutales, especialmente de duraznos y de ciruelas, que no sólo proveían a la región, sino también a la metrópoli. Sus frutos eran conocidos por el tamaño, aroma y sabor, sólo comparables con los de Ministro Rivadavia.
El poblado estaba compuesto por el casco de la estancia; que comprendía cinco piezas con techos de azotea y pisos de baldosas, rodeadas por un corredor con columnas y patio enladrillado. A unos metros distantes se encontraba una construcción para peones con tres piezas edificadas en barro con tejas francesas y pisos de baldosas. Había también un cuartillo de barro y tejas; un palomar; un galpón para los útiles de labranza; dos gallineros y una cochera. A un costado se encontraba el tradicional pozo con balde, sus puertas eran de madera de ñandubay. Distribuidos en el campo se encontraban cuatro puestos de colonos, llamados “El Tacuarembó”, “El Centinela", "Chuquisaca" y “El Ombú”.
La documentación nos da noticia de los árboles y de los animales que poblaron aquella primitiva y vieja estancia en el año 1857: 16 caballos, 108 potros, 182 yeguarizos, 1524 lanares, 122 durazneros, 366 talas, varias acacias y varios sauces. II FORMACIÓN Y FUNDACIÓN DEL PUEBLO El lugar comenzó a conocerse como "Estancia de Juan Glew", que estaría ubicada en lo es actualmente la calle Avellaneda, con los cuatro puestos de colonos: El Centinela, Tacuarembó, Chuquisaca y El Ombú. El Camino Real, que en sus orígenes pasaba por Rivadavia, pasó a ser la Ruta 210 y el pueblo de San Vicente figuraba como zona rural. Juan Glew edifica en Avellaneda y Moreno, frente a la estación, el primer almacén de ramos generales y vende parte de las tierras al Ferrocarril del Sud; ante el escribano Francisco Castelloti y por un precio total de 8000 pesos. En marzo de 1865, donó además un terreno de su propiedad para las vías y la estación del Ferrocarril. El 6 de julio de 1880 fallece Juan Glew, en cuyo testamento figuraba como de estado civil soltero, con cinco herederos, sus hijos naturales: Carlos María, nacido el 11 de diciembre de 1863; Juan Roque, el 16 de agosto de 1866; Alfredo Miguel, el 29 de setiembre de 1869; Gregorio Jorge, el 16 de febrero de 1873 e Isabel Cayetana, el 7 de agosto de 1874; todos al cuidado de su suegra la Sra. Polonia Ramírez hija de Isabel Ulloa. Los bienes establecidos eran campos en Almirante Brown y en Magdalena y varias propiedades en Buenos Aires. Al ser menores de edad, se nombra tutor al Sr. Julián Rosquellas. En el caso de las tierras de Almirante Brown, son adjudicadas a sus hijos Carlos, Juan y Alfredo, y el tutor decide alquilarlas a Antonio Cambaceres, vendiéndole además el ganado.
El alquiler se pactó por 5 años, hasta alcanzar los herederos la mayoría de edad. Una parte del campo dio origen a la primera formación del pueblo, hoy llamado "Pueblo Viejo" y comprendido entre las vías del Ferrocarril y del Camino General a la Capital Federal (Ruta Provincial 210). Esta fracción de terreno apareció con el nombre de "Pueblo de Cambaceres" después del fallecimiento del legislador Antonio Cambaceres, vinculado al lugar por su establecimiento de campo, próximo al pueblo. Es probable que, en homenaje al legislador, los martilleros hayan denominado con su nombre los terrenos que lotearon. La vieja estancia fue alcanzada por el progreso con la entrada de las vías del ferrocarril y se fue dividiendo en las parcelas que dieron origen al pueblo. Sus descendientes dividieron el campo heredado y se adjudicaron distintas fracciones. Los señores Pedro Pico y José María Blanco dispusieron el loteo y la subasta pública que se llevó a cabo en 1888. Al transcurrir los años, la estancia de Juan Glew se fue transformando en un conjunto de chacras y tambos, gracias al trabajo de esforzados hombres afincados en el lugar, como Don Jacinto Calvo. Años después, los terrenos ubicados al este de las vías del tren, dieron origen al llamado "Pueblo Nuevo de Glew".
El nuevo pueblo creció poco a poco, también la parte comercial, aumentó la población y con ello la necesidad de fundar escuelas. Domingo F. Sarmiento firmó el edicto para la fundación de la Escuela Nº 4 en Ministro Rivadavia, y en 1905, se trasladó a Glew. Comienzan a construirse las primeras casonas, entre ellas la que pertenece a la familia Calvo, iniciadores de la construcción de un templo, que data de 1890, ya en el año 1905 el pueblo cuenta con una Capilla. Los inmigrantes europeos, que luego de la Primera Guerra Mundial se asientan en los fondos del Pueblo Nuevo, conforman la inmensa colonia alemana, que mantuvo e incrementó las plantaciones de árboles que caracterizan la zona. En los años 60 llega otra corriente migratoria: la comunidad japoneses se asientan en los fondos de Glew lindando con el partido de San Vicente. El domingo 5 de febrero de 1956, en una Asamblea popular en la Sociedad de Fomento de Glew se conformó la Comisión Pro Pavimentación, integrada por los vecinos Sudrot, Garmendia, Ruffet, Schile, Delgado y Bellotti; representantes de los frentistas de la calle Andrade, y de López y Planes: Lamberti, Gutiérrez, Obligado y Alberti respectivamente. La calle Moreno nombró un delegado a posteriori. En 1975 el antiguo pueblo pasa a ser declarado ciudad del Partido de Almirante Brown. Entre esos núcleos de población en "las afueras" del Viejo y Nuevo Pueblo, se construyen barrios con distintas denominaciones, tales como: Gorriti, Las Calandrias, Los Altos, Villa París, Parque Roma, Los Álamos, Parque Ipona, Los Pinos, La Reforma, Almafuerte, Kanmar, Gendarmería, Villa Amancay, Barrio Parque El Progreso.
III PRIMEROS POBLADORES Las chacras de Glew tenían como propietarios, entre otros a las familias Leyes, Correa, Bustamante, Cambaceres, la familia Rodgers, y podríamos recordar entre aquellos uno de los primeros pobladores del pueblo Amadeo Poggio; Pedro Díaz; Luis Cacosa; Alfredo Roggero; Domingo Tagliaferro; Aurelio Amoedo, a quienes se le debe el primer pavimento del pueblo.
IV EVOLUCIÓN Y CRECIMIENTO Desaparecido Juan Glew, la vieja estancia fue alcanzada por el progreso con la entrada de las vías del ferrocarril y se fue dividiendo en parcelas que dieron origen al pueblo. Dividieron el campo heredado y se adjudicaron distintas fracciones. La parte del campo dio origen a la primera formación del pueblo, hoy llamado “Pueblo Viejo” comprendido entre las vías del ferrocarril y del camino general a la Capital (Ruta 210). Esta fracción de terreno aparece con el nombre de “Pueblo de Cambaceres”. Con los años se transformó en un conjunto de chacras y tambos, Jacinto Calvo fue uno de los hombres trabajadores y afincados. Surge el "Pueblo Nuevo de Glew", que son los terrenos ubicados al este de las vías del ferrocarril va creciendo poco a poco y también el centro comercial, aumenta la población. En 1905 se traslada la Escuela N° 4 de Ministro Rivadavia a Glew. Se construyen las primeras casonas. También en 1905 ya tiene la Capilla, que fue una construcción de un templo que había comenzado en 1890 Se formó una inmensa colonia alemana de la que hoy tenemos algo muy preciado: el puro oxígeno obtenido a través de los muchos árboles que caracterizan la zona por ellos elegida. Después de la Primera Guerra Mundial en 1960, llegan inmigrantes Japoneses a los fondos del pueblo nuevo lindando con San Vicente. En 1975 se lo declara ciudad del Partido de Almirante Brown, en las afueras del viejo y nuevo pueblo, se construyen barrios con distintas denominaciones, tales como Gorriti, Las Calandrias, Los Altos, Villa París, Parque Roma, Los Álamos, Parque Ipona, Los Pinos, La Reforma, Almafuerte, Kanmar, Gendarmería, Villa Amancay, Barrio Parque El Progreso, Etc. V LA ESTACIÓN DE TREN Y LA RELACIÓN CON EL PUEBLO El día 18 de marzo del año 1865 Don Juan Glew vendió a don Enrique Applin Green, "para él o a quien represente" una fracción de terreno para la vía y la estación del Ferrocarril Sud. Los trabajos del Ferrocarril Sud, que se habían iniciado el año anterior, alcanzaron el fin de la primera etapa que fue inaugurada oficialmente. Es así que en la mañana del 14 de agosto de 1865, a las 10.05 para ser exactos, se detenía el primer tren en Glew. Las tierras que ocuparon las vías del Ferrocarril Sud, cruzaron de norte a sur la vieja estancia de Juan Glew; y la Estación lleva su nombre hasta nuestros días.
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