Allá por los años en que nacía la
Patria, nuestro pueblo de Glew era un campo verde al que daban vida
algunos animales salvajes y los pájaros. En esos primeros años el
poblado se componía de dos ranchos. Uno, el principal, de los dueños
y otro, el de un " puesto" ocupado por gente que se dedicaba a los
trabajos del campo.
El rancho principal estaba formado por tres piezas, cubierto con
techo de paja. Sus pisos eran de ladrillo. A un costado se
encontraba el tradicional pozo con balde. sus puertas eran de madera
de ñandubay.
En otro extremo de la estancia estaba el rancho del puesto. Este
rancho era también de tres piezas de ladrillo y techo de paja y es
de suponer que sus pisos eran de tierra. a un costado se encontraba
también un pozo con brocal de ladrillo y balde.
Al fallecer don Santiago Rodger,
sus herederos, para dividirse la herencia, pidieron el remate del
campo y toda la población, muebles y animales.
Finalmente, la operación se formalizó a favor de un señor de
nacionalidad inglesa que pagó por todas las pertenencias la cantidad
de 261.000 pesos.
De ahí que a partir de ese año y
hasta el año 1880, lo que hoy es el pueblo se conoció como la
estancia de Juan Glew, cuyo poblado estaba compuesto por el casco de
la estancia. Este casco estaba formado por cinco piezas con techos
de azotea y pisos de baldosas, rodeadas por un corredor con columnas
y patio enladrillado. A unos metros distantes se encontraba una
construcción para peones con tres piezas edificadas en barro con
tejas francesas y pisos de baldosas. Había también, un cuartillo de
barro y tejas; un palomar, un galpón para los útiles de labranza,
dos gallineros y una cochera.
Distribuidos en el campo se encontraban cuatro " puestos" de
colonos, llamados “El Tacuarembó”, “El Centinela" "Chuquisaca" y “El
Ombú”.
Cruzaba la estancia un camino general a la Capital, también había
unas pequeñas construcciones de barro llamadas “taperas". En las
proximidades del casco, había montes de durazneros y de paraísos,
además de otros árboles.
Se criaban animales vacunos, ovejas y caballos, además de aves de
corral.
Un día de marzo de 1865, don Juan
Glew, donó un terreno de su propiedad para las vías y la estación
del futuro Ferrocarril Sud.
En la mañana del 14 de agosto de 1865, a las 10,05 horas se detuvo
el primer tren en Glew (procedente de Plaza Constitución), para
luego continuar viaje hasta Jeppener (que se convirtió en "punta de
rieles". El ferrocarril Sud llegó ese año (14 de diciembre de 1865)
hasta Chascomús.
Cuando la estancia fue cruzada por las vías del Ferrocarril y se
fundó la estación ferroviaria, Juan Glew hizo construir un local
frente a esta donde se estableció un almacén de ramos generales, en
la esquina de las hoy calles Moreno y Avellaneda.
Desaparecido don Juan Glew, la
vieja estancia fue alcanzada por el progreso con la entrada de las
vías del ferrocarril y se fue dividiendo en parcelas que dieron
origen al pueblo.
Sus descendientes dividieron el campo heredado y se adjudicaron
distintas fracciones. La parte del campo dio origen a la primera
formación del pueblo, hoy llamado “Pueblo Viejo” comprendido entre
las vías del ferrocarril y del camino general a la Capital ( Ruta
210). Esta fracción de terreno más tarde aparece con el nombre de
“Pueblo de Cambaceres”.
En esa época había fallecido el legislador
Antonio Cambaceres, vinculado al lugar por su establecimiento de
campo, próximo al pueblo y es probable que, en homenaje al
legislador, los martilleros denominaron con su nombre los terrenos
que lotearon.
Al transcurrir los años, la
estancia de Juan Glew se fue transformando en un conjunto de chacras
y tambos, gracias al trabajo de esforzados hombres afincados en el
lugar, como don Jacinto Calvo.
Podríamos recordar entre aquellos
primeros pobladores del pueblo a Amadeo Poggio; Pedro Díaz; Luis
Cacosa; Alfredo Roggero; Domingo Tagliaferro; Aurelio Amoedo, a
quien se debe el primer pavimento del pueblo; y a muchos otros más.
Años después; los terrenos ubicados al este de las vías del tren,
dieron origen al llamado “Pueblo Nuevo de Glew”.
Ya estamos en el Glew que deja de ser chacras y tambos para cobijar
millares de residencias familiares.
Entre esos núcleos de población en
“las afueras” del viejo y nuevo pueblo, se constituyen barrios con
distintas denominaciones, tales como: Villa París, Parque Roma, Los
Álamos, Parque Ipona, Los Pinos, La Reforma, Almafuerte, Kanmar,
Gendarmería.
En este pueblo se afincó hace
muchos años una importante colonia alemana que contribuyó con su
trabajo, a forjar el desarrollo de la zona.
En 1975, el antiguo pueblo de Glew, es elevado a la categoría de
ciudad.
Fundación: 12 de Octubre de 1865
Fecha de origen de Glew:
14 de Agosto de 1865
Superficie: 17,65 Km2.
Habitantes: 57.233 (Datos Censo del año 2001)
Información obtenida de
glewdigital.com.ar
Este es un resúmen fotográfico, en futuras publicaciones iré compartiendo la belleza que tuvimos la suerte de disfrutar.
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