Luego de un largo día, agotador, pero feliz, me voy a dormir alrededor de las media noche.
De repente me despierto, escuchando un grito desgarrador. ¿Qué será? El hombre de la bolsa, el chupa cabras, lo que si seguro no era el séptimo hijo varón convertido en lobizón, porque no era noche de luna llena.
Me quedé pensando ante tan inquietante situación, pero por suerte se apoderó de mí, nuevamente un plácido sueño hasta las seis de la mañana. A levantarse, me dije y a salir a investigar, como reportero con cámara al cuello.
Previamente, antes de hacer un paso, el desayuno con mi amigo Kotata, que junto a su querida esposa Sandra me reciben con los brazos abiertos cuando visito Rawson.
Me puse las largas botas, cámara el cuello y a caminar.
Lo primero fue investigar la laguna a unos 500 metros de la casa.
Una densa bruma la cubría a primeras horas de la mañana. Todo era paz, ni una sola ave por allí. ¿Se habrán asustado y huyeron? ¿ o se las comió el monstruo? Vaya a saber.
Pero tampoco ni rastros del desvelador de sueños.
Solo una tenebrosa escena húmeda de un otoño que se resiste apoderarse de nosotros. ¿vendrá, o será directamente invierno?
Nada por acá, nada por allá. A seguir investigando.
¿Qué habrá sido ese grito? Reflexiono, mis pasos previos a acostarme y llego a preguntarme nuevamente. ¿Fue solo efecto del exquisito Vino Patero que saboree junto a mi Amigo, entre charla y charla durante horas esa noche?
Misterio para seguir develando en un próximo viaje al Pueblo, a consultar con los lugareños qué saben de todo esto. Seguramente un alma errante, que sale a recorrer sus calles de tierra y asustar a algún imprevisto visitante. O solo motivar el regreso para seguir develando esta historia.
Gracias queridos amigos Sandra y Kotata por su gran amabilidad y hospitalidad.
Hermosas las fotos , que lindo queda el vapor o la niebla.. Saludos Mati.
ResponderEliminarHermoso relato abrazo grande querido amigo
ResponderEliminarSabes cuánto te queremos amigo !!!! Sos familia.
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