A pocos kilómetros de Las Chacras se encuentra Villa Praga, un peuqeño y coqueto pueblo. Me reciben unas niñas que estaban preparando el escenario para realizar un pesebre viviente dicha noche.
Me invitaron a asistir, pero lamentablemente no tenía lugar donde alojarme y nada aún en miras en Concarán, luego del pequeño dialogo y agradecerles por tan linda invitación recorrí su plaza central.
Un hermoso perro Lacy me vino a saludar, me olió y por supuesto tuvo que ladrar un poco.
Levantando su cabeza e indicando que era el Guardián del pueblo y marcando su autoridad y territorio.
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