EL ALMA DE LAS PIEDRAS
La Pachamama dibuja
con sus pinceles de tiempo,
en el alma de las piedras,
los paisajes del silencio.
Como una línea de puntos
son sus trazos tan pequeños,
invisibles a los ojos
que le buscan el misterio.
Una danza de areniscas
entramadas por el fuego,
que entre siglos y volcanes,
en paño se resolvieron.
Hay un viento que pregunta
y en las grietas de los cerros,
las araña con su aguja
por develar sus secretos.
La Pachamama las pinta
y les modela el adentro,
trazando largos caminos
con horizontes perfectos.
Con cristales transparentes
les construye bosques pétreos,
racimos de flores blancas
en sus cautivos senderos.
Les borda unos soles viejos
en hilos de bronce y hierro,
para una tarde de otoño
que no ve ningún viajero.
Copia rosarios de estrellas
sobre un oscuro pañuelo,
gotas de luz prisioneras,
llamitas sin parpadeo.
Madre Tierra se divierte:
recrea el verdor eterno,
la roja sangre del hombre,
las nieblas de los inviernos.
A veces, les traza bocas
y ellas cantan para adentro,
de esas bocas nace el agua
con la que bebe el desierto.
Cuerpos de piedras dormidas
que esconden sus pensamientos,
hacen falta pies descalzos
para entenderles los sueños.
Texto: María Rosa de Garín
27/02/2013
Qué belleza son estas texturas, Ricardo. Una serie estupenda!!
ResponderEliminarfabuloso!!!! gracias, buen lunes!!!
ResponderEliminarEs maravilloso todo lo fotografiado con tanta precisión de formas y colores, siendo un vasto asunto de ver y degustar con la atención que merece. Felicitaciones de un humilde veedor.
ResponderEliminarFelicitaciones
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