jueves, 17 de mayo de 2012

Cuando ir a trabajar es un placer


Todos los días estos trabajadores se suben a su camioneta, camión o tractor para ir a trabajar al monte, pero previamente deben pasar lugares con tanta belleza, que placer se debe sentir cada instante del recorrido.


Este es un recorrido pequeño de uno de los campesinos, pero si nos ponemos a recorrer la mayoría de los caminos de los demás, seguramente disfrutarán de un paisaje similar, quizá un arroyo, quizá subidas y bajadas más pronunciadas, algunos caminos más pedregosos.


Sin lugar a dudas todos rodeados de un verde bosque, de pinos reforestados o de monte natural, unos limpios para poder caminar entre ellos, otros con altos pastizales entremezclados de ortigas gigantes y flores silvestres.


Algunos caminos que nos permiten ver el sol u otros a los que solo acarician algunos rayos de luz.


Cada uno genera figuras diferentes, para ser retratados a cada paso, todos con la firma de la Madre Naturaleza.


Algunos, los memorizamos y queda impregnada la imagen en nuestra retina de por vida que creemos que cuando regresemos la podemos encontrar con los ojos cerrados, pero el monte, la selva actúa y se mueve a diario y al año siguiente generó una nueva panorámica.

Cuando se termina de trabajar, el regreso, luego de mover ramas, de limpiar montes, de cargar camiones, habiendo sudado y seguramente algunos golpes, con sus ropas impregnadas de un maquillaje color rojo punzó, gajos del oficio y sin lugar a dudas agotados.

Ya en el regreso, esa renovación, esa recuperación, ese recreo visual nuevamente y con ganas de que un nuevo día comience para hacer ese recorrido.
Muchos, soñarán una y mil veces esos fantasiosos caminos durante la noche con la cabeza pegada a la almohada y se creerán que ese colchón de hojas es su colchón de lana.
http://rickyglew.blogspot.com.ar/2011/03/el-el-impenetrable.html 

5 comentarios:

  1. Amigo Ricky, cuanta belleza muestras en tus fotografías, pero cuanta miseria encierra esa belleza.
    Sobre todo debo felicitarte por tan magnífica tarea.

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  2. El monte nos da la sensación de cobijo, pensar que desde el principio de los tiempos los árboles fueron nuestros aliados....oxígeno, sombra,leña, alimento, refugio, hogar...cuanto les debemos a ellos!!!
    Hermoso ver el rojo de la tierra misionera con los verdes de la selva...

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  3. Ya lo decía el maestro Ramón Ayala: 'Qué tienes mi tierra roja, que a todas partes te llevo,
    que por más que ande caminos,
    me sigues con tus misterios'

    Hermoso.. desde lejos me recuerda a mis días de gurí.

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  4. interesantísimo blog, con un fascinante contenido!! te felicito! ya había sido "seguidora" tuya!! Roxx

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  5. querido amigo, es buenisimo que retrates lo que todavia queda, porq entre las inundaciones que traen las represas convirtiendo las selvas y montes en cementerios de plantas, las que ya estan proyectando nuevamente, y los desmontes, no nos esta yendo muy bien. Mi linda tierra Misionera! Me pregunto si los inescrupulosos no RESPIRAN...
    Gracias! Gladis

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