Ramón Valentín Orueta
en el Pueblo de Coronel Mom
Nació un 14 de Febrero de 1938, Ramón por el pedido de
su madre a San Ramón, Valentín por el día de su Nacimiento.
Llegamos con Kotata al pueblo de Coronel Mom, luego de
visitar dos pueblos previamente, una mañana de domingo.
Al llegar al pueblo, nos recibe un centenario
Eucaliptus, al cual retratamos.
Luego de visitar al Banco, ya abandonado, nos
dirigimos a la Estación de Ferrocarril.
Hicimos una foto desde lejos, vimos a un hombre mayor,
trabajando en una huerta, a la par de la construcción. Lo saludamos y como
primera pregunta, le pedimos permiso para retratar la Estación. Estaba con su
pala, trabajando.
Amablemente nos responde afirmativamente. Entablamos diálogo,
sobre su bella huerta y sus grandes zapallos y tomates.
Luego de un par de minutos, le solicito hacer un
retrato a él. Respondiendo que sí, pero diciendo que no estaba como mucha
pinta, ya que estaba en ropa de trabajo. No era problema, era la señal de un
hombre que trabajó toda su vida.
Nos acompañó al andén, hicimos unas fotos, debo
admitir que no muchas. Ya que era más interesante escuchar toda la historia que
nos comentaba.
Nos recordó, que el tren dejó de circular por allí, en
Agosto de 1993. Que ese día se quedó sin trabajo y tuvo que buscar un nuevo trabajo,
por suerte lo encontró en un campo cercano y laburó 10 años más hasta jubilarse
en el 2003.
Nos empezó a contar un poco de sus historia pasadas.
Su comienzo, a los 17 años, ya en el ferrocarril, manejando el telégrafo.
O sea, 38 años, como ferroviario. Siempre al servicio
de nuestro querido país. Con frío o calor, con lluvias y sequías.
En esas
terribles mañana de niebla, en que circular, siempre es peligroso.
Por supuesto, que nos comentó anécdotas con
maquinistas, desde que estaba a cargo como jefe de estación del Pueblo y como
telegrafista en sus primeros pasos laborales.
También, transmitió como herencia a su hijo, el amor
al ferrocarril, este año que pasó, también se jubiló pero como “motorman”.
Unas charlas más continuaron, algunas preguntas sobre
nosotros, también nos realizó.
Luego de un buen rato, nos despedimos. Nosotros
con nuevo rumbo explorador.
Él, en búsqueda de algo fresco, para reponer
energías y seguir cuidando con tanto amor, la huerta y ese patrimonio histórico
lleno de vivencias donde vive.
Esa estación data de aproximadamente diciembre 1906,
miren si tendrá historias para contar. Cuantos familiares llegaron o se fueron
de ese pueblo con nuevo rumbo.
Cuantos regresaron, cuantos se fueron y quizá nunca
más volvieron y les queda solo en su corazón el último sonido de la campana de
la Estación como recuerdo.
Excelente relato que pone la piel de gallina, por otro lado la desidia queda de manifiesto, nunca entenderé en los años que me quedan tal medida mesiánica de cerrar los ramales sepultando a los pueblos.
ResponderEliminarGracias por este maravilloso trabajo donde perpetuas la historia
Esas son historias. De trabajo y honradez. Gracias por hacer que conozca lugares de los que nada sabía!!!!
ResponderEliminarEmocionante relato. Recordé a mi viejo. Decía "qué pinta ".. Hacía huerta, era ferroviario. Gracias, Ricky
ResponderEliminar¡¡¡ GRACIAS POR ENSEÑARME ESE AMOR AL FERROCARRIL , PAPA' !!!
ResponderEliminarJORGE ORUETA