Me fui a visitar a mi prima Graciela, una deuda pendiente en mi corazón desde hace varios años.
El día anterior, no me dejó llegar un rally que pasaba frente de su casa.
La visita no podía dejarse esperar. Allí fui el día siguiente.
Una recorrida por su jardín, era algo imperdible, pero más delicioso era presenciar las orquídeas de su suegra.
Allí estaban, al alcance de los ojos, para disfrutarlas.
Con toda la paciencia del mundo, una a una, fui capturando con mis ojos y mi cámara, para compartirlas con ustedes.
Dos docenas de ellas, al menos. Todas, no puedo mostrar juntas.
Unas cuantas entregas de ellas irán llegando, una más bella que la otra.
Cual más bella, todas, sin lugar a dudas.
Para deleitarse con los placeres de la Madre Naturaleza.
Muy bellas!! una delicia para la mirada!
ResponderEliminarmaravillosas los colores un placer gracias
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