En mi cabeza, desde la partida de Buenos Aires, estaba la
idea de visitar los túneles.
Ellos se encuentran a unos 130 km de Cura
Brochero. La ruta es en parte, asfalto y en parte, ripio. El último tramo, unos 35 km de
ripio bien mantenido.
Cuando faltaban unos 5 km para llegar, un
pequeño desprendimiento de tierra de la ladera de un cerro, el cual termino mordiendo con la rueda
delantera izquierda. Por suerte iba a velocidad baja, ya que estaba apreciando
el paisaje y la zona no permitía ningún exceso. Generó que casi tenga un
trompo, el ripio del camino hizo que el auto perdiera cierta adherencia y quedé
de costado.
El miedo se apoderó de mí, sin lugar a dudas. Más pánico
sentí, cuando en la primera curva apreté el freno y el pedal se fue casi hasta el fondo…
pero frenó.
Esta señal de alerta hizo que metros más adelante, en un pequeño tramo recto, intentase frenar nuevamente y con el mismo resultado. “¿Habré roto algo?” fue mi inmediata pregunta.
Probé un par de veces, entre curva y curva, con la mano derecha en el freno de mano. Sin respuesta. Estaba en el medio de la nada, con la única tranquilidad que había un número importante de turistas circulando.
Paro, abro el capot, destapo el recipiente del
líquido de freno. Líquido completo. ¿Qué es lo que pasa? Decidí seguir con más
cuidado. Mi próxima frenada con éxito, como si nunca hubiera pasado nada.
(( continuará en http://rickyglew.blogspot.com/2013/06/capilla-siglo-xvii.html))
No se puede mirar el paisaje manejando amigo, te tenes cuidar! Bajar cadA tramo...digo, buen martes bellas fotos!
ResponderEliminarAl túnel vengo,por el túnel voy...
ResponderEliminarlindas tus fotos, buen paseandero..Asi se hace..muy bien !..No te quedes en la subida...Cuidado..
Genial historia de un hermoso lugar.
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