lunes, 16 de noviembre de 2015

de Carpinchos y Mariposas


Como no podían faltar, el Palmar me regaló la posibilidad de observar a nuestros queridos Carpinchos.
Tan mansos como los que visualicé hace un par de años en los Esteros del Iberá.


 Estaba con el lente corto, me tuve que tirar al piso y acercar lo más posible, para hacerle una foto, y no fue una sino dos. Tarea cumplida. Ella también regresó con migo.

Ellos nunca faltan, están en todo nuestros campos argentinos.
Cuidando su nido y sus polluelos, son la mejor alarma de que hay un visitante o un intruso no deseado.

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