domingo, 12 de mayo de 2013

Comida para el Camino


Era hora de almorzar y en un puesto al costado de la ruta paré a comprarme unos kilos de uvas. Algunas fueron a la conservadora para enfriarse y un “cacho” de casi un kilo fue mi compañero de viaje, tomando asiento junto a mí en una bandeja.

Mi mano derecha tomaba una a una a cada paso, mientras recorría  la ruta.

Esa parada también fue para traerme un recuerdo: unos potes de mermelada de alcayota con nueces y unos vinos pateros.