Llego a la Costanera a las 3AM, observo una bella
plazoleta y decido fotografiarla.
En ella había un hombre sentado emitiendo su plegaria.
La Oscuridad no me dejaba distinguir bien. Decido hacer una foto de la escena y
se me ocurre pedirle permiso.
Inmóvil él, me acerco y antes una sola palabra me doy
cuenta que era una estatua.
Luego a las 7AM repito la fotografía con otra luz.
Cuando me encuentro con mi amiga Adriana, comento esta
situación. Lo que nos produjo una gran sonrisa.
Capítulos anteriores de Monte Caseros